I
Ni negro ni blanco, todo tiene una serie de matices. A la hora de tomar una decisión o una posición ignorar los asegunes nos puede hacer tener un papel inocente o tonto (que no ignorante). Porque una cosa es no saber y otra es hacerse maje.
Las cosas se pueden interpretar de distintas maneras. Vale la pena revisar las distintas visiones tomar una posición al respecto, de preferencia rebasando dogmatismos y asumiendo que la decisión tomada ni es la única ni perfecta. Es más, siendo sensatos, es posible estar en el lugar equivocado y es posible cambiar de postura. ¿Por qué cambiar? Razones hay muchas y juzgar si un cambio es bueno o malo depende de quién hable. Cambiar de postura por una suma de dinero, reconocimiento o un puñado de poder para algunos puede ser una traición, pero para otros es una consecuencia lógica, pues es ese dinero, reconocimiento o poder lo que se busca y no la justicia o algún otro ideal
También habrá quien diga que ser fiel a sus principios o a la ley es algo bueno, pero no es una idea compartida por toda la población, habrá que piense que la ley sólo se hace para los tontos, o que la corrupción es parte de lo que debemos considerar normal. Una vez, una alumna me platicaba con lágrimas en los ojos que en su familia era rechazada porque había decidido estudiar una carrera. El resto se dedicaba a vender drogas. El miedo a una balacera y el saber que no era lo correcto la motivaban a no frecuentar mucho a sus tíos y primos: “Eres la única pendeja que quiere estudiar, ¿para qué?”. Hasta la fecha se lo dicen, pero ella a pesar de que se siente menos y rechazada por su propia familia ha decidido estudiar y tener un trabajo decente, ya sabe que será mal pagado, pero al menos será legal.
¿Yo? Yo tampoco soy lo que parezco, o quiero parecer. No soy un tipo duro, vivo al borde de la depresión y en ocasiones me es difícil salir… En ocasiones no sé si me queda cordura suficiente para salir adelante.
II
¿Qué otra cosa no es lo que parece?
La llamada Caravana por la Paz, muchos pensamos que era un espacio de confianza, de articulación, de diálogo y el principio para refundar este país cuyas instituciones han quedado putrefactas por la corrupción.
Pero no.
No fue así.
La caravana rescató el dolor de las víctimas y lo hizo público. No más. Muchos pensamos que era otra cosa pero no.
El diálogo y los acuerdos que pensamos haber conseguido los que somos muy diferentes, no parecen sostenerse, tal vez es porque estaba apoyado en una base muy frágil que apenas nos puso frente a frente y, no sé, tal vez sin confianza suficiente. Al parecer al menos nos hemos reconocido.
El pacto ciudadano que pensamos podríamos lograr, pues no se dio porque las cosas no salieron como cada persona u organización involucrada lo esperaba. Además, independientemente de lo que hayamos acordado los que nos creímos iguales, de todas maneras se fue a hablar con Felipe Calderón y aun así el presidente les dijo que él está haciendo bien las cosas, lo que pasa es que nadie lo entiende, como si fuera un artista que no es apreciado en su propia época, o que no es profeta en su tierra.
Nos dijeron los que organizaron la marcha desde México que venían aquí a dialogar, pero la verdad es que sólo venían para tener la misma actitud que después Calderón tuvo con ellos…
Evaluando la situación, no faltaron las voces que alegan una traición o un boicot.
¿Traición? Tal vez no hubo tal, simplemente gente que no supo expresar con claridad lo que pensaba. Cómo cuando besas a alguien y acaricias por mucho tiempo, y hasta hacen el amor… ¿qué son? ¿novios, amantes, amigos liberales, con derechos, privilegios, pervertidos o qué? Si no se aclara la situación para una parte puede haber una traición, pero la otra cantará “en eso no quedamos corazón”.
¿Boicot? No lo sé. Puede ser que los grupos se pongan de acuerdo para hacer propuestas con base a sus intereses y defenderlas en la medida de lo posible y con parte de lo imposible (cómo diría Lalo). Tal vez la gestión de unos sea el boicot de otros.
¿Será que algunos creímos ingenuamente que el dolor nos guiaría a una democracia solidaria? Pero no, la democracia nunca es fácil, no siempre hay consensos, no siempre se respetan los acuerdos, en ocasiones la votación es la única forma de llegar a una conclusión y muchas veces esto nos lleva a decisiones malas o injustas.
Pensé, soñé que teníamos un diálogo, pero creo que todavía nos falta mucho trabajo para lograrlo. El movimiento de Sicilia es otro de tantos que existen, y claro que lo abajofirmo si promueven la paz con justicia y dignidad, también apoyaré con alguna acción si así me lo solicitan. Pero no creo que Sicilia ni nadie nos vaya a quitar la responsabilidad de construir el futuro de nuestro país. Las cosas cambiarán en la medida que cada vez más gente este dispuesta a participar, a dialogar y a convivir con quienes piensan diferente. Se trata de construir CON y no A PESAR, de otros y otras.
III
Definitivamente las cosas no siempre son lo que parecen y menos en política.
Por ejemplo, entre las reformas políticas estructurales que se buscan se habla de una democracia más ciudadana y menos partidista. Pero la cosa no es tan sencilla.
Se buscan las candidaturas independientes con el fin de romper el vicio de la partidocracia. ¿La razón? que los partidos son instituciones que necesitan recursos para sobrevivir, y los que en ellas laboran han olvidado que las instituciones deben ser el medio por el cual la ciudadanía empieza a discutir y a posicionarse en cuanto a los asuntos públicos. Muchos de los que participan en un partido no piensan en la gente sino en la institución partidista que se debe sostener y en los poderes elitistas que lo manipulan. En un partido se discuten muchas cosas pero poco de política, es decir, poco de lo público.
Las candidaturas independientes pueden ser una buena alternativa para romper con la partidocracia sin embargo ¿Cómo aseguramos que no sean sostenidas por el crimen organizados o que sólo una élite con suficientes recursos económicos pueda acceder al poder? Sabemos que los partidos no han servido para controlar estas cuestiones, pero ¿no es una posibilidad que dinero de dudosa o injusta procedencia se filtre de manera más sencilla con candidaturas independientes?
Otro asunto que también se promueve con la reforma política es la reelección de diputados y alcaldes, lo cual de entrada suena muy bien pues sería el propio electorado quien decide si un político hace bien su trabajo o no. Aun así, es una verdadera falacia si no se avanza en otras áreas como la participación ciudadana y la rendición de cuentas. ¿Por qué? Bueno, actualmente los políticos le hablan a la ciudadanía en un tono de mercadotecnia. No consultan ni buscan la empatía de sus representados. Si esto sigue igual, lo único que ganaremos con la reelección es todavía más dispendio de nuestros impuestos en comerciales de políticos que harán de los recursos públicos y de su poder un botín para repartir entre pequeños grupos. Sería como vivir decidiendo si es mejor la Cocacola o la Pepsi y dejando de lado temas importantes como el desarrollo económico, el sistema de salud o el educativo. Me parece que reelección sin rendición de cuentas es una propuesta incompleta.
IV
Otro caso que valdría la pena revisar es el de las plurinominales. Actualmente existe una propuesta interesante de eliminarlos. Para entender esta propuesta habrá que ver la siguiente numeralia.
En Ciudad Juárez la población económicamente activa es 516,908, según el INEGI.
De ellos el 41.98 % gana dos salarios mínimos o menos ($ 3,589.20 ó menos).
Un diputado local tiene ingresos netos $ 48,359.50.
El 41.98% de la población tendría que trabajar 13 meses y medio o más para ganar lo que un diputado local gana al mes.
Un diputado federal gana $ 150,139.00 al mes.
El 41.98 % de la población tendría que trabajar 3 años y medio para ganar lo que un diputado federal gana al mes.
Con esta diferencia de ingresos y por lo tanto de la calidad de vida, yo no creo que los diputados tengan la mínima idea de cómo viven sus representados, por lo tanto dudo que su trabajo realmente este dirigido a atender las necesidades de la población.
Considerando lo anterior, ¿qué hacemos con los 11 plurinominales del Congreso Estatal y los 200 del federal? Por eso la idea de eliminarlos suena atractiva y hasta viable económicamente hablando. Pero hay que considerar que los diputados plurinominales han jugado un papel importante para que las discusiones sobre lo público no se queden en los partidos políticos supuestamente mayoritarios. Digo supuestamente por lo siguiente.
De los representantes juarenses ante la Cámara de Diputados que obtuvieron su puesto por la mayoría electoral, el que menos votos tuvo fue del 8.8 % de los votantes y el qué más votos consiguió llegó hasta el 12.64 % de electores registrados. ¿Quién representa a la verdadera mayoría que va del 91.2 % al 87.36% de electores que no consideraron al diputado ganador una opción por la cual votar?
En el congreso del estado los representantes juarenses, el qué menos voto consiguió obtuvo el 13.47% y el que más 16.57% de los electores registrados. ¿Dónde queda la voz del 86.53% al 83.43 % de electores que no pensaron que los diputados que ahora están en el congreso eran una opción por la cual votar?
¿Será que nuestros diputados electos pueden representar a la ciudadanía sin el contrapeso de los plurinominales? Yo creo que no. Es verdad que no todos los plurinominales hacen su trabajo muchos son sanguijuelas del presupuesto público, pero también lo son muchos (tal vez la mayoría) de los diputados electos por una ¿mayoría?
Antes de pensar en desaparecer a los plurinominales, vale la pena pensar en el papel que han jugado para tener una representación más amplia y que el poder se concentre sólo en dos o tres partidos. ¿Valdría la pena concentrar el poder en dos o tres partidos? No lo sé… lo que sí sé, es que de no ser por los plurinominales, la representación sería todavía más ficticia. También hay que aceptar que con partidos como el Verde Ecologista y el PANAL (propiedad de Elba Esther Gordillo), la idea de restar sanguijuelas al erario público suena atractiva, pero ¿son el PRI y el PAN (o el PRD) partidos que realmente representan a la ciudadanía en general o sólo a pequeños grupos de poder?
¿Será tal vez que el pueblo no tiene oportunidad de representación? En fin, me parece que la representación plurinominal no es lo problemático, sino la cantidad de recursos que se gasta en una labor legislativa que a mi juicio deja mucho que desear. Queda claro que los diputados no tuvieron los votos de una mayoría, entonces los plurinominales sirven como un balance para evitar que el poder se concentre en quien definitivamente representa sólo a una minoría de la población, que además sin rendición de cuentas es probable que esa minoría no este conformada ni por quienes le dieron su voto (recordemos a los diputados y diputadas que no renuncian a su mandato sin dar explicaciones a nadie). Si el problema es entonces la cantidad de dinero que gastamos me parece menos riesgosa la alternativa de disminuir drásticamente el presupuesto asignado a los diputados, en sueldos y prestaciones.
V
En fin, las cosas no siempre son lo que parecen pero tarde o temprano habrá que tomar una decisión, mas eso no significa ignorar los puntos débiles de una postura. Poder hablar de los pros y los contras de las ideas, no de las personas, nos puede permitir avanzar en un diálogo democrático, de lo contrario sólo estaremos echando porras a posturas políticas sin sustento y lo que es peor, al mismo nivel que cómo actualmente lo hacen los partidos políticos.
JuárezDialoga ha invitado a Hernán Ortiz III para colaborar por su trayectoria académica y participación en la Sociedad Civil Organizada. Hernán es profesor en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ). También, colaboró en la Organización Popular Independiente (OPI) y en el Consejo Ciudadano por el Desarrollo Social (CCDS). Actualmente dirige la organización civil Ciudadanos por una Mejor Administración Pública (CIMAP) conformada por un grupo de ciudadanos que trabajan por tener una mejor ciudad al proponer a las autoridades, mecanismos para mejorar la administración pública.