En mi querido San Juaritos de los santos baches.
Aprovecharé esta columna para recordar algo sorprendentemente corruptor y lo dejaré por aquí a manera de AVISO a la comunidad de Juárez, para que ponga ojo al parche con las corruptelas de JMAS y sobre todo que pasemos de la denuncia o exigencia cibernética, a la de los hechos.
Pues resulta y la rana salta, que meses atrás me percaté que el cobro por el consumo de agua en el domicilio donde tengo mi estudio de música, variaba de manera sospechosa de 210 pesos a 350 devaluados pesos, cuando la verdad es que el consumo en este lugar es más que moderado por no decir que nulo, con lo cual el cobro debería ser fijo ya que es de consumo mínimo.
Por lo anterior como buen ingeniero de Calidad que pretende ser uno, me propuse ir a investigar directamente a las oficinas (arrebatadas del municipio por cierto) de JMAS, allá por rumbo de la Ciudad Universitaria.
Ahí, después de explicarle mi caso, una secretaria de lentes, y que obviamente no ama su trabajo, me comentó que mi medidor estaba dañado; enseñándome para esto, en la pantalla de su computador, unas fotografías de un medidor ilegible, sucio y en pésimas condiciones, por lo cual si yo quería que mi consumo se controlara, debería pagar el reemplazo con un cargo ipso facto de alrededor de 900 pesos, otra vez devaluados pesos.
Antes de acceder al pago, otra vez, como todo buen ingeniero que ha investigado por casi una veintena de años quejas de cliente para japoneses, americanos, chinos y otras personas de otras partes de nuestro pequeño punto azul, le dije a la citada señorita que prefería ir a verificar personalmente mi medidor. Y ahí va este humilde trovarockero hecho la mocha hacia su aqua-profanado estudio.
¡PARA MI SORPRESA! Cuando llegué y observé mi medidor ¡EL MEDIDOR ESTABA BIEN! EN BUENAS CONDICIONES, LEGIBLE, ¡BIEN CHULO ÉL!, tomé evidencia del mismo a través de una fotografía en mi celular y una vez prendido el cuete en mi salva sea la parte regresé con la misma y antes susodicha “Señorita Amabilidad 2017” y le mostré la evidencia.
Ella con clara muestra de nerviosismo hizo una llamada y después me pasó con su jefa, la ing. Xóchitl Contreras; ¿les suena el apellido de abolengo azul? Sí, sí, es funcionaria panista del gobierno del New Dawn, que por cierto creyó que estaba hablando con una persona sin información alguna. (Abro paréntesis [y corcheas por si las dudas]: ¿Será que este tipo de funcionari@s están acostumbrados a ningunear al grueso de la población y se pasan por el arco de su santa mother la principal labor o función que es la de atender a la sociedad que es la que paga sus quincenas y sus mega bonos de gasolina premium?) Bueno, pero al final le salió el tiro por la culata, total, long story-short story, después de ver que no era “PAN” comido para ella, me dijo que regresara dentro de dos semanas para que en el inter, un inspector fuera personalmente a revisar y monitorear mi medidor.
Pues pasaron las dos truculentas semanas como cual pasa el tiempo en temporada de cuaresma y total que el día que me presenté ahí en sus oficinas resultó que pidieron una disculpa y finalmente me bajaron el cobro a cómo debía ser, según ellos, por promedio de consumo real. Mas sin embargo mis estimados espartanos me quedaron las siguientes interrogantes:
1) ¿Qué pasaría con el lecturista que presentó la fotografía falsa o que hizo un evidente copy-paste de otro medidor realmente dañado?
2) ¿A cuántas personas más les estarán aplicando la misma táctica de la fotografía falsa?
3) ¿Desde cuándo estarán aplicando este tipo de fraudes?
4) ¿Cuantos jefes de ese lecturista estarán detrás de esto?
5) ¿Hasta cuándo como ciudadanos despertaremos y exigiremos lo que es justo en el pago de los servicios públicos?
Me quede con estos oscuros pensamientos y con otros tristes sentimientos como el de los señores y señoras de la tercera edad que estaban ahí en la JMAS esperando su turno para ser atendidos por gente que no ama lo que hace.
Esos pobres viejitos que gastan más en transporte de sus casas a esa dependencia de lo que les van a poder descontar esos funcionarios del NEW DAWN que solo se hacen de la vista gorda ante tanto “Humo en el Agua”.
Ruben Sosa – Rubens, es cantautor. De profesión Ing. Industrial y trabaja en la industria maquiladora.