
Su argumento lo justifica en una reflexión en la que expone, que “a lo largo de estos tres años, la violencia parece haberse desbordado y haber generado escenarios que, desde la política, han sido interpretados como una profunda crisis de gobernabilidad democrática, o la manifestación abierta de un Estado fallido;y, desde la sociología, como la expresión del rompimiento del tejido social o fragmentación social que configura un desorden anómico.”
Sin embargo, el video en cuestión, nos explica “exhibe el interrogatorio a una mujer. Se trata de un juicio sumario y extra legal. Por tanto, pone en evidencia varias aristas de la violencia en la ciudad. Una de ellas, las relaciones de género bajo el contexto de la “guerra difusa”1 que experimenta la ciudad. Es un caso donde se muestra que cuando la guerra está presente en una sociedad, es el lenguaje de las armas y de quienes las empuñan el que habla, situación que nos induce a preguntar: ¿qué efectos ha tenido la violencia en Ciudad Juárez entre sus habitantes? ¿Esta “nueva” violencia, por su modalidad y magnitud, hace a un lado o recrudece la que se había estado ejecutando contra las mujeres, en su expresión más brutal bajo la forma del feminicidio? ¿Bajo este contexto la masculinidad implica un factor de riesgo?”
En este artículo Héctor Padilla hace una aproximación a estas preguntas y agrega que “más que proponer una interpretación general del modo en que se relacionan género y violencia”, lo que él hace es “una visión panorámica sobre la forma en que se han venido manifestando los hechos delictivos en la ciudad y las acciones gubernamentales para contenerlas”; por lo tanto, se concentra en “en la manera en que esta situación impacta a los varones y las mujeres, en una ciudad donde la lucha contra la violencia de género ha sido uno de los ejes fundamentales de la articulación de la sociedad civil”.
*Artículo publicado en el libro “De Soldaderas a activistas: un diagnóstico de la mujer chihuahuense en los albores del siglo XXI”. Antonio Payán (Coord.), UACJ, 2011.
1 La noción de “guerra difusa” aparece en diferentes contextos y tipos de documentos, sean reportajes periodísticos o artículos académicos. En Centroamérica, por ejemplo, se alude a este tipo de guerra enrelación con la muerte de miles de personas en tiempos de paz (es decir, luego de concluir el proceso revolucionario), en un clima de violencia, ingobernabilidad, corrupción y desigualdad social, que provoca la migración, eleva la delincuencia común, la violencia política, las ejecuciones extrajudiciales y la acciónde pandillas y del crimen organizado. Esto crea una situación en la que, a diferencia de la guerra, no se tiene claro el panorama ni se sabe quiénes están provocando esas muertes (Gutiérrez, 2007). En el campo académico se dice que debido a la dificultada para definir hoy en día la guerra, por las transformaciones que ésta ha tenido como consecuencia de los cambios en el capitalismo, hemos transitado de la guerra “nítida” a la “difusa”. Éstas se distinguen en los bandos que se enfrentan; la territorialidad, temporalidad, diseños estratégicos y forma de decidir la victoria; y los daños y bajas producidas, el centro del esfuerzo bélico yel armamento utilizado (Nieblas, 2006).
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