No es la primera vez que en Juárez un sector de la elite económica emprende una campaña para cambiar la imagen de la ciudad, pero sin duda es la primera en la que se anuncia con bombo y platillo que en el ambicioso evento de lanzamiento estará presente un ex-beatle. No sé si habrá llegado a los oídos de Paul McCartney que su nombre estuvo asociado a una iniciativa para dar un rostro distinto a lo que algunos llaman la ciudad más violentada del mundo. Pero de haber sido así, estoy seguro de que el viejo Paul respondió: not a chance, old chap .
Juárez Competitiva se perfila como el refrito de anteriores intentos fallidos, puesto que hasta los diagnósticos más optimistas indican que lo verdaderamente urgente es dar pasos sólidos para transformar la ciudad y no insistir en maquillar sus graves problemáticas. Refundar su ciudad es el reto que enfrentan los juarenses, no enterrar la cabeza en la arena.
La sede principal de este magno evento, en parte auspiciado con fondos públicos, será la Rodadora. Se trata del recinto del museo del niño, un proyecto que debió haberse concluido desde la administración pasada, pero que hasta la fecha permanence vacío. Y ni qué decir del proyecto de transporte semimasivo y de muchas otras iniciativas que no cuajan debido a que los intereses económicos y la negligencia de las autoridades siempre terminan por imponerse. Otra cosa sería si Juárez Competitiva fuese un evento organizado para mostrar lo que efectivamente se ha logrado para que la ciudad tenga un futuro sustentable y competitivo, por lo menos con otros lugares de la región, como El Paso y Las Cruces, donde se ha avecindado una parte importante de su capital económico y humano.
¿Cómo puede ser competitiva una ciudad, cuya inversión pública no corresponde al porcentaje de la población del estado de Chihuahua que habita en su territorio? Más aún, en el contexto actual ¿cómo puede ser competitiva una ciudad militarizada en la que los ciudadanos son afectados constantemente en sus personas y sus propiedades, tanto por delincuentes como por agentes del Estado? Solamente hace falta asomarse al sistema de retenes que obstruyen el libre tránsito en la ciudad. ¿Es esa acaso la oferta que subyace en esta campaña? ¿la de una ciudad militarizada en la que las compañías transnacionales puedan seguir exprimiendo a las y los obreros?
La campaña publicitaria para el evento plantea que en Juárez Competitiva podrá encontrarse lo que no sale en los periódicos. Lo primero que se le ocurre al lector de los espectaculares es asomarse a los periódicos para recordar lo que se publica en sus páginas y contrastarlo con oferta de los boosters locales. En días recientes, por ejemplo, aparecieron declaraciones de Lourdes Almada, vocera de la Red de Infancia, señalando que el Programa Todos Somos Juárez ha abandonado desde abril las acciones que a favor de la infancia habían planificado durante más de un año. El escandaloso retraso en materia social, cultural y educativo se mantiene vigente.
Entre los objetivos de lo que se autodenomina como movimiento ciudadano no figura contribuir a un cambio profundo en la ciudad; se limita a promover un cambio de imagen. Sin embargo, en la página principal de su sitio web aparece una animación que comunica una serie de preguntas, tales como ¿y tú qué vas a hacer por Juárez?, o ¿qué has cambiado para que Juárez sea mejor? A juzgar por estos mensajes, más que un movimiento social, parece que Juárez Competitiva pretende ser un movimiento motivacional que pone el peso de los cambios en los individuos y no en los procesos sociales, y que además soslaya la responsabilidad del Estado.
No es que se critique a Juárez Competitiva por promover la participación ciudadana, sino precisamente por lo contrario, porque promueve la inmovilidad a través de la política del avestruz. Los emprendedores juarenses tienen un papel y una responsabilidad muy importante en la transformación de Juárez, y de hecho entre un grupo minoritario hay una nueva conciencia de ciudad. Pero no es suficiente porque el sector hegemónico insiste en estrategias caducas. Su docilidad ante los gobiernos federal, estatal y municipal opera en detrimento de los actores sociales que impulsan una agenda de cambios estructurales. Ya se los dijo la señora Luz María Dávila en alguna ocasión: “ustedes solamente sirven para aplaudirle al presidente”.
JuárezDialoga ha invitado a Willivaldo Delgadillo a colaborar por su amplia trayectoria como activista social en la región fronteriza de Ciudad Juárez. Escribió y publicó la novela La virgen del barrio árabe; y es integrante del Movimiento Pacto por la Cultura. También, Willivaldo es profesor de la Universidad de El Paso, Texas.