La Voladora
“Ésta al fin me engulle, y mientras por su esófago
Paseo, voy pensando en qué vendrá.
Pero se destruye cuando llego a su estómago
Y planteo con un verso una verdad.” Sueño con Serpientes.
Silvio Rodríguez
Crónica de un día antes de la Marcha de las Putas
El día previo a la Marcha de las Putas en nuestra ciudad, cinco compañeros y yo pudimos darnos una muy pero muy ligera idea de lo que se vive en el centro de la ciudad a manos de los agentes de policía a cargo de Leyzaola. Mientras volanteábamos para invitar a la gente a la marcha, afuera de un bar vimos como dos campers de policías municipales se iban llenando de hombres que caminaban por la calle, los señores caminaban tranquilamente sin saber lo que les esperaba o como las mujeres que trabajan ahí llaman a este operativo, había llegado “la voladora” a levantar y extorsionar. Mientras observábamos pude tomar dos fotos, la primera directamente, intentando que no se dieran cuenta y la segunda a un compañero y dos compañeras disimuladamente con las campers de fondo, según yo para que no fuera obvio. Los agentes nos veían mientras los observábamos y se pusieron nerviosos pero no hicieron nada, después de subir gente se retiraron. Pensamos que ahí había terminado todo, pero no fue así, nosotros nos retiramos en cuanto ellos se fueron de ese lugar, pero el ambiente ya se había malvibrado al ser testigos de este evento y sentir el coraje y la impotencia de no poder hacer nada. Deborah*, nos iba platicando como “la voladora” agrede física, psicológica y sexualmente a las trabajadoras sexuales, de como muchas veces las consignan después de despojarlas del dinero que lograron juntar durante la jornada laboral. Justamente nos estaba diciendo esto, tal vez pasaron dos minutos, cuando la misma “voladora” que devora seres humanos ya sea para tragárselos o escupirlos masticados y ensalivados, se dirigía hacia nosotros, apenas habíamos caminado media cuadra cuando los agentes llegaron y se bajaron frente a nosotros para confrontarnos por las fotografías, exigieron que les entregara la cámara cuestionando prepotentemente el porqué les tomaba fotos, que si sabíamos del riesgo que ellos corren cuando su publican fotos con sus caras expuestas. Mis compañeros y yo discutimos que no tenían ningún derecho de exigir tal cosa pero el comandante amenazó con llevarme detenida para que un juez revisara mi cámara, en ese momento la sangre ya se me había ido a las extremidades, como para huir o pelear, mi cuerpo estaba recordando la última vez que me habían intentado subir a una patrulla por grabar a Calderón y mentarle la madre mientras entraba su convoy a la segunda reunión de las mesas de trabajo de Todos somos Juárez. Mi reacción corporal de miedo y coraje estaba a todo lo que da cuando uno de los agentes me preguntó que porqué temblaba, no pude más que contestar con la verdad; “porque me dan ansiedad, no les tengo confianza, me dan miedo, me dan más miedo ustedes que los que según tú y tus compañeros son delincuentes”. Mientras yo temblaba y discutía, escuchaba que también mis compañeros lo hacían pero en este momento no recuerdo lo que decían, solamente logro recordar la voz de Deborah que con una firmeza ejemplar confrontó al comandante al que le dio una excelente cátedra en el Reglamento de Policía y Buen Gobierno del Municipio de Juárez. La reacción que tuvieron los agentes ante Deborah hizo que la sangre me regresara un poco al cerebro, lo suficiente como para no permitir irme con las manos vacías como sucedió la vez de la mentada a Calderón cuando el jefe del Estado Mayor Presidencial borró el contenido de mi cámara de video. A la vez que Deborah domaba al comandante volador mayor, una agente voladora menor me pedía que le mostrara las fotos, le dije que solamente era una, que las demás eran de mis compañeros y no tenía porque mostrárselas. Le enseñe la foto que ellos querían y la elimine, el agente no vio esto e insistió nuevamente en que la borrara, es cuando me di cuenta que ellos no querían tener problemas con nosotros porque no iba a ser tan fácil llevarme y entre todos se armaría buen escándalo, después de todo iba acompañada de Deborah y cuatro compañeros que conocen el poder del tono de voz y los argumentos legales y sociales para desarma voladoras. Sin embargo, el agente insistía en que la borrara, pero la voladora ya se había tragado un reglamento de buen gobierno que le estaba haciendo purga. Todavía con algo de temor le pude contestar; “ya elimine esa foto, si no viste es porque no estabas poniendo atención”, una vez más le dije la verdad. Nosotros nos retiramos sin una fotografía y “la voladora” se retiro con un hueco en la barriga.
Deborah Álvarez* Activista y presidenta de Fanny colectivo de mujeres Transgenero de Ciudad de Ciudad Juárez
Atte.
Verónica Castillo Arnal
NOTA DE JUAREZ DIALOGA. ORG: Boletin informativo es una seccion que se publica como servicio a la sociedad civil organizada de Ciudad Juarez; por lo tanto, la responsabilidad de lo escrito en la misma es de quien lo firma.