Las sociedades, en materia de derechos, son como las cadenas: su fuerza se mide en el eslabón más débil. Una sociedad es tan fuerte en derechos como la capacidad que tiene para respetar a quienes pertenecen a los grupos más vulnerados. A mayor respeto, mayor fortaleza; a menor respeto, menor fortaleza de la sociedad en general. Apenas la semana pasada me dieron la oportunidad de mencionar esto en el marco de una reunión de personas usuarias de drogas ilegales intravenosas, quienes constituyen uno de los grupos humanos profundamente discriminados.
Este año 2013, que está finalizando, es el año en que, en diferentes estados del país, se va superando la obligatoriedad del matrimonio a favor del reconocimiento legal al derecho a que cada persona decida si se casa o no y, si decide casarse, con quién. Es decir, el tránsito de la obligación social a casarse al del derecho legal al matrimonio.
México ha vivido una evolución en esta materia desde 2009. Primero fue el Distrito Federal, luego Coahuila, Colima y Jalisco. En la primera entidad el derecho es total. En las otras se han creado figuras jurídicas que no son, propiamente, matrimonios pero que protegen la relación de dos personas. Posteriormente otros estados han ido celebrando matrimonios por la vía de mandato judicial como Oaxaca, Yucatán y Chihuahua.
Las figuras legales que no son exactamente matrimonios han sido cuestionadas porque su alcance protector es menor, pero no podemos dejar de reconocer que se trata de avances significativos en una población nacional que se revela conservadora, en la mayoría de los casos.
El conservadurismo al estilo mexicano es heredero de una visión única e intolerante del mundo. La sola fide (una sola fe) que los españoles del siglo XVI impusieron a sangre y fuego en esta tierras ha dejado su huella en la construcción de una cosmovisión intolerante. Para ellos, fuera de la Iglesia no había salvación posible. Para quienes no estaban tan interesados en la salvación después de esta vida, ellos le garantizaban la condenación en ésta.
La fe católica fue fincada sobre el miedo a distintos fantasmas como el infierno, el pecado, la excomunión o la crítica. Todos los cambios han sido vistos como amenazas. De manera especial aquellos cambios que la gente relaciona con las cosas de Dios, como el matrimonio. Cuando llegaron otras iglesias, aprovechando la libertad religiosa protegida por las constituciones de 1857 y 1917, ya no pudieron, o no quisieron, sustraerse a la intolerancia. A pesar de todo, el avance de los derechos de las personas se ha venido abriendo paso lentamente.
En estos días del último mes del año se da otra alentadora noticia: ahora son dos mujeres quienes, a través de la Ley de Amparo, lograron contraer matrimonio, con todas la formalidades, en el estado de Jalisco. Ellas son Zaira Viridiana De La O Gómez y Martha Sandoval Blanco (Milenio, 14 de diciembre de 2013). Tuvieron que recurrir a un trámite largo que dio los frutos esperados: ahora son dos mujeres legalmente casadas. Este tipo de eventos no son ajenos a nadie porque no solamente benefician a las dos mujeres involucradas, ni solamente benefician a quienes viven lésbicamente su sexualidad.
Todo avance en materia de libertad y derechos de las personas benefician a todos y a todas. Cuando una empresa o un municipio construye rampas para facilitar el acceso de quienes viven con una discapacidad, el beneficio directo es para estas personas, pero el beneficio es para todo mundo: es un avance social en el reconocimiento de la existencia y los derechos de uno de los eslabones más débiles, siguiendo la metáfora enunciada arriba, se traduce en un fortalecimiento de la sociedad. Pero falta mucho por hacer.
Por razones que desconozco, la página de noticias de Yahoo ha venido albergando a personas particularmente violentas hacia quienes viven de manera no convencional su sexualidad. La mañana en que este artículo se escribe (15 de diciembre), el portal mencionado incluyó la noticia del matrimonio de estas dos jaliscienses (“Primera pareja gay se casa en estado mexicano de Jalisco con amparo judicial”). El primer comentario, hecho por el usuario Rogelio Raymundo,
“Felicidades a la nueva pareja, ojalá todos aprendamos a respetar a nuestros semejantes y a no juzgar a los seres humanos sólo porque son diferentes”
fue ocultado por haber recibido muchas desaprobaciones (13) de otras personas, también usuarias de esa página, mientras que el comentario del usuario Procoro M. (sic)
“¿No saben que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios.
Si alguien se acuesta con un hombre como si se acostara con una mujer, se condenará a muerte a los dos, y serán responsables de su propia muerte, pues cometieron un acto infame…amen.”
recibió, hasta ese momento, 14 aprobaciones.
Por supuesto que llama la atención un fenómeno sociológico conocido: cuando una sociedad se haya en crisis, se refugia en las diferentes creencias. Llama también la atención el enorme desconocimiento bíblico de Procoro M y de quienes le aprobaron. La ignorancia popular es uno de los grandes asuntos pendientes del Estado Mexicano.
Afortunadamente Yahoo no es reflejo fiel de la sociedad mexicana y menos lo será conforme avancen los derechos humanos en el tiempo, cuando hayamos hecho, todas y todos, nuestro trabajo y nos hayamos acostumbrado a no meternos en asuntos de cama de otras personas sin haber sido, antes, invitados.
Este 2013 ha sido el año de los avances en los estados, por vía judicial, de los derechos de personas perseguidas durante siglos. Seguramente los próximos años estaremos asistiendo al nacimiento de una sociedad cada vez más incluyente y a cambios legales de fondo que vayan haciendo patente la dinámica social, ya que la mexicana es una sociedad que, a pesar del conservadurismo, parodiando la frase atribuida a Galileo, e pur si muove (y sin embargo, se mueve).
JuárezDialoga invita a Efraín Rodríguez a participar como articulista por su compromiso con la sociedad de Ciudad Juárez. Efraín es maestro en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez y entre otros, ha incursionado desde hace muchos años en los medios de comunicación participando en una variedad de temas, pero sobre todo, para desde su profesión como sexólogo promover la aceptación de la diversidad sexual.