Al recibir el premio a Mejor Película, en la pasada entrega de los premios Oscar, por Birdman, el mexicano Alejandro González Iñárritu dijo que reza “por que encontremos y construyamos el México que nos merecemos”.
Con estas palabras, primero deja en claro lo que todos vivimos, sabemos y padecemos. Tenemos un gobierno que no nos representa. Que no tiene el espíritu mexicano de salir adelante como sea. Que usa la mentira y el engaño como tarjeta de presentación. Un gobierno que fuera de la teoría carece de legitimidad gracias a que está compuesto de “esos” llamados políticos que encerrados en su mundo se comportan como si jugaran el juego de mesa Monopoly.
Si es algo que venimos padeciendo desde hace ya varias décadas y no hemos logrado cambiarlo, ¿entonces en verdad ese gobierno es el que nos merecemos?
En la película Birdman, el protagonista Riggan Thomson vive atormentado por su pasado como actor de películas de superhéroes cuando su intención es realizar algo totalmente opuesto, que es el teatro.
Algo parecido nos pasa como mexicanos. Seguimos con la sombra de un pasado que no dejamos. Es común que en estos momentos de crisis social y política se resalten figuras de la Revolución Mexicana como la salvación de nuestro país. “Es que si estuviera Zapata, si el general Villa, si Lázaro Cárdenas”. Seguimos con el fantasma del caudillismo, con la esperanza de que llegue “alguien” que nos devuelva lo que ha sido arrebatado y de pasada les dé su merecido a aquellos rufianes. Es decir, a diferencia de Riggan Thomson que lucha contra el superhéroe nosotros lo anhelamos.
Las palabras de Gónzalez Iñárritu deja en claro otra cosa. No hay un camino establecido por el pasado porque no son tiempos de revolución armada que suele destruir para construir. Sobre lo que hay, se debe buscar para encontrar ese gobierno que merecemos. Y que no lo merecemos porque simplemente “somos buenos” sino porque sabemos lo que queremos y estamos dispuestos a exigirlo y a luchar si eso se necesita.
Y uno, de los muchos, aspectos que hay que trabajar es el convertirnos en políticos. No en esas marionetas abandonadas al espíritu fugaz del poder, sino en ciudadanos que hacen suyas las decisiones que se toman, y que están dispuestos a trabajar en comunidad.
Es difícil porque la dinámica económica nos deja poco tiempo para estar informados, tener una opinión reflexiva y tomar las acciones necesarias. Sin embargo de esa manera nos haremos merecedores de un gobierno justo, que escuche, que sea transparente y sobre todo nuestro.
La cosa es no dejarse apantallar y pedir la simple caída de Peña Nieto. En Ciudad Juárez tenemos nuestro propio presidente y cuerpo de regidores que toman las decisiones que tienen a la ciudad como está. Se sabe que lo más bello de nuestra ciudad, después de los atardeceres, es su gente. Pero con ser amables, cálidos y solidarios no se cambia ni se hace acreedor a un gobierno diferente.
JuárezDialoga ha invitado a Michell Vázquez por su compromiso con quienes viven en Ciudad Juárez. Es estudiante de Literatura de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, y trabaja como profesor de secundaria. Escribe cuento, y también realiza un videoblog en you tube titulado Wachate Fany!, dedicado a fomentar la lectura. Fue columnista del periódico Norte por 4 años. Quiere y cuida a su perro Milo.