A propósito de la propuesta del Arte rupestre de Samalayuca como patrimonio cultural de la humanidad.
Entre las muchas razones por las cuales puede resaltarse la importancia de Samalayuca hay una que nos parece fundamental: Samalayuca puede generar identidad en un radio de horizontes ilimitados. No es por nada que su belleza la colocó -junto con las Barrancas del Cobre- entre las estrellas que aportó Chihuahua a las celebraciones del centenario. Este trabajo está dirigido pues a poner de manifiesto las posibilidades de explorar el mundo mediante la lupa de sílice de Samalayuca.
La voz de Rogelio Treviño
El poeta Rogelio Treviño escogió las dunas de Samalayuca para iniciar el poema épico de Chihuahua, “Septentrión”. Dice Treviño:
Subterráneo Jardín
de rosas vítreas | Diálogo de espejos
Los hilos de la luz tejen y destejen el canto
Vidrio inmenso del Norte
Sueños de Luz Memorias
rostros frutas de luz
sobre la sombra de los hombres
en el árbol del cosmos.
Cuatro años después de ese 1987 fundacional de Septentrión regresará a Samalayuca con otros siete poemas. El primero es un reconocimiento de las posibilidades expresivas de este territorio. El Mar, origen de la vida, es en la sierra de Samalayuca, Farallón, “Muralla de cantos apilados” lugar que nos habla desde los recuerdos más vitales. Continúa diciendo el poeta: “Brotan voces amadas en el muro” / “También la luz se petrifica” / “al volar en el vasto interior” / “del recuerdo”.
Treviño se adelanta a la propuesta de ver los petrograbados de Samalayuca como voces que nos hablan desde tiempos muy remotos, con su “luz petrificada”, de los recuerdos primigenios, propios de una cultura integral, cósmica. En el poema tres de la serie de Samalayuca , Virgo, dice Treviño.:
El cielo es un jardín mental que reside en
la cúpula del corazón. El desierto de Samalayuca pertenece
al arte de la música. Irradia con sus flores de arena
una sabiduría de agricultura celeste.
Si algo faltaba a la plenitud estética de Samalayuca allí está el salto de los petrograbados, del “canto de piedra” al arte musical. En el verso VI de la serie, culmina la convergencia del diálogo de las artes:
EN la caverna
Donde la voz horada el otro que te nombra
La palabra despunta
Fleco
Máscara corrugada del tiempo
Galón de muecas
El ver se muestra satisfecho en analogon
La pintura proteica
Canción de estrellas
La medida divina de un verso que se nombra
Un ver en el anverso
Desnudos en la sombra
Una canción de cuna.
Pocos lugares pueden presumir una mirada poética tan integra, tan vital, tan cósmica. El arte rupestre de Samalayuca es una “canción de cuna” para el surgimiento de la humanidad, una “canción de estrellas”.
Antonio Muñoz (Toño) ha sido un activista social y un académico comprometido con las diversas luchas sociales que se han dado en Ciudad Juárez. En ese sentido, JuárezDialoga lo ha invitado a colaborar por los aportes que desde su experiencia puede hacer para esta ciudad.