Hace algunos días, en pleno proceso para la elección del nuevo comité directivo del Sindicato de Académicos/as del ICSA, el Dr. Héctor Padilla, Jefe del Departamento de Ciencias Sociales, escribió y publicó el artículo que por aquí comparto.* Cuando lo leí escribí los párrafos que incluyo abajo. No los publiqué entonces porque aunque podamos tener diferentes opiniones, me parece que como autoridad universitaria su análisis critica abiertamente a una de las planillas participantes. Por respeto al proceso mencionado, al ser yo parte de una de las planillas -precisamente la que él critica- me abstuve de hacerlo. Sin embargo, después del proceso de elección que hemos vivido y de la fiesta democrática ocurrida el miércoles pasado, en la que por primera vez se el grupo que critica logró una elección real y mediante voto libre y secreto, considero un deber hacerlo.
Me sorprende que Héctor Padilla haga esta lectura de la realidad. Bueno, en realidad me sorprende si pienso en el Héctor aquel con el que compartimos búsquedas y luchas. No me sorprende tanto si pienso en el funcionario de hoy y en la forma en que ha desempeñado su cargo.
De cualquier manera, independientemente del Héctor que tenga en mente, resalta al momento de leer su artículo que tratándose de un experto en análisis político, haga un entramado tan complicado para un hecho tan sencillo: las coyunturas cambian. La única lectura que muchas y muchos universitarios hemos hecho es, efectivamente, que la coyuntura cambió. Al resquebrajarse el absolutismo duartista que se construyó en la entidad y también en la UACJ, se abrieron nuevas oportunidades para el impulso de la democratización más allá de ideologías o filias partidistas. Por ello, Universidad Democrática ha logrado conjuntar académicos/as con muy diferentes visiones.
Entiendo que sea muy difícil para personas que se han movido durante los últimos años en un núcleo de poder en el que “piensas como yo o no existes” entender que la pluralidad existe y puede concretarse en un movimiento tan diverso como el que critican. Desde esa dificultad, la actual administración de la UACJ no ha sabido leer el momento. No han sabido leer que lo que se ha abierto es una oportunidad grande de replantear el camino, de recuperar el espíritu original y de avanzar desde el reconocimiento y el respeto de las diferencias.
El Dr. Padilla utiliza en su artículo un estilo que es reflejo del tipo de liderazgo que prevalece en la UACJ, o al menos el liderazgo de quienes “nos gobiernan”, haciendo alusiones generales, sin especificar situaciones y nombres concretos, sino desde la descalificación del otro. Desgraciadamente esa ha sido la forma de conducirse de muchos de los funcionarios de la actual administración. Durante los últimos años se han cerrado en la UACJ cada vez más los espacios de discusión y deliberación y las instancias académicas se han ido configurando –o reconfigurando- con aquellos que son “cercanos”, “afines”… o lo que es peor, con quienes a todo dicen que “SI”.
El Doctor Padilla se pregunta por qué hasta ahora. Y en un afán por no ver una realidad que se desborda y sin darse por aludido del amplio descontento que esta administración ha despertado entre el profesorado que se ha sentido maltratado, excluido, ultrajado en sus derechos, busca intereses ocultos y descalifica desde su posición de poder un movimiento que ha dado sus primeros pasos de manera contundente. Se dan por hecho en el artículo suposiciones que están lejos de la conversación y el interés real del grupo Por una Universidad Democrática, ¿Será que el grupo que ahora representa proyecta en sus palabras sus más hondos anhelos?
Se pregunta también: ¿por qué habremos de creerles? La verdad no tenemos ningún interés en que los actuales funcionarios nos crean. Nos bastan la confianza y el anhelo democrático que hemos encontrado entre nuestros pares. Después de la elección, incluso en muchos que votaron por la planilla ganadora.
Me surgen de la lectura de su artículo algunas preguntas: ¿Cuál es el objetivo de publicarlo a dos días de la elección? Como analista político y como jefe del departamento más grande del ICSA, ¿sería consciente el Dr. Padilla del impacto que podía generar al hacerlo? ¿Sería consciente sobre el daño que su artículo podía causar a una de las planillas participantes, a la que ataca sin medida? ¿Por qué no hacer un análisis de las otras planillas y la historia de sus integrantes? ¿Cuál es el tipo de democracia que promueve si desde su posición de poder interviene activamente de esta manera? ¿No es ese el tipo de acción de los funcionarios que muchos años hemos criticado?
¿Por qué está tan enojado el Doctor Padilla? ¿Será que esperaba que la democracia le pidiera permiso y avanzó sin su consentimiento?
*El artículo en cuestión se puede leer en el siguiente link: http://juarezdialoga.org/ls-articulistas/la-democracia-tiene-permiso/
JuárezDialoga ha invitado a Lourdes Almada por su trayectoria de participación en la Sociedad Civil Organizada de Ciudad Juárez. Actualmente coordina la Red por la Infancia en Juárez que fue creada en el año 2000 y articula organizaciones de la sociedad civil cuyo objetivo es trabajar por las niñas y los niños de Ciudad Juárez; proporcionando servicios de cuidado y educación infantil, formando adultos educadores, especialmente docentes, madres y padres de familia y realizando intervenciones comunitarias con propuestas dirigidas a la infancia. También, Lourdes es integrante del Consejo Ciudadano por el Desarrollo Social en Juárez.