Queridas compañeras
Les escribo desde Ciudad Juárez, Chihuahua. Ciudad mundialmente conocida por el feminicidio que ocurre impunemente desde mediado de los noventas. Actualmente se conoce como una de las ciudades más peligrosas del mundo por una “guerra contra el narco” que nunca pedimos y ha cobrado la vida de decenas de miles de personas. Sí, es una fama grotesca, sin embargo esta fama tiene su contraparte, también es conocida por sus ciudadanas y ciudadanos que han alzado su voz contra la constante violación a nuestros derechos humanos.
Cuando salió la nota sobre el comentario “Las mujeres deben evitar vestirse como putas para no ser víctimas de la violencia sexual”, emitido por el agente de policía Constable Michael Sanguinetti, en lo personal me llamó la atención, leí algunos artículos y vi algunos videos sobre la marcha en Toronto y dije, bravo por ellas, y perdí la pista de su movimiento hasta que empezaron las réplicas en la ciudad de México y otros estados del país.
De SlutWalk a La marcha de las Putas. Este comentario y este movimiento han tenido su historia y consecuencias en las mujeres de todo el mundo, por eso su gran resonancia. La historia de la palabra PUTA y de este tipo de comentarios es demasiado dolorosa y muchas personas prefieren no recordarla porque el mensaje que se recibe es que “aquí las cosas no cambian y si cambian es para algo peor”.
Funcionarios públicos, jefes de policías, gobernadores y jerarcas religiosos son premiados por intentar mantener sometidas a las mujeres y en este sentido, dos ejemplos son importantes. El primero tiene que ver con Francisco Barrio, ex gobernador de Chihuahua (1992-1998) y actual embajador de México en Canadá. Para él los feminicidios “eran una situación natural”, porque las víctimas caminaban por sitios oscuros y “vestían de manera provocativa, con minifalda”. Otro ejemplo es el de Arturo Chávez Chávez, ex procurador estatal, después nombrado procurador general de la República, él también culpó a las mismas víctimas por vestir ropas provocativas.
Por eso este comentario del policía canadiense nos hizo ruido a muchas personas. El NO, SIGNIFICA NO, gritado a todo pulmón por mujeres de tantos países, nos hizo recordar las marchas contra el feminicidio y desaparición de mujeres que se han llevado a cabo en esta ciudad, nos hizo recordar que muchas mujeres han muerto por defender nuestros derechos.
Así hoy sábado 13 de agosto del 2011, nos manifestaremos y gritaremos porque se deje de perpetuar estereotipos como el que “los hombres son incontrolables por naturaleza y las mujeres tentadoras y provocativas”. Hoy les regresamos la culpa y vergüenza a quienes les pertenece, a los agresores y a sus cómplices, aumentando la lista de consignas desde la ciudad donde ser mujer es un peligro.
Por ello, gritaremos NI UNA MUERTA MÁS, por Susana Chávez, poeta y activista que acuñó esta frase para denunciar los feminicidios y que fue asesinada a principios del año para que su muerte fuera justificada por el fiscal estatal con un “tema de descomposición social entre jóvenes que toman, que se drogan”.
Gritaremos NI UNA MUERTA MÁS por Marisela Escobedo, asesinada el 16 de diciembre del año pasado mientras mantenía un plantón frente a la casa de gobierno en chihuahua por exigir justicia para su hija Rubí Freire, asesinada por su esposo el cual fue dejado en libertad.
Gritaremos NI UNA MUERTA MÁS por Josefina Reyes Salazar, derecho humanista y luchadora social asesinada el 3 de enero del año pasado, y por su hermana Malena Reyes Salazar y su cuñada Luisa Órnelas, secuestradas y asesinadas el 7 de febrero de este año.
Gritaremos NI UNA MUERTA MÁS, por Fanny, trabajadora sexual y activista Transgenero asesinada.
NI UNA MUERTA MÁS por todas las mujeres asesinadas en nuestra ciudad cuyas muertes han querido ser justificadas con el mismo argumento no solo por políticos sino por esa parte de la sociedad que permanece callada y esa parte que sigue fomentando estereotipos destructivos sobre la mujer.
También gritaremos, VIVAS SE LAS LLEVARON, VIVAS LAS QUEREMOS! Por las miles de madres de familia que luchan por la aparición con vida de sus hijas desaparecidas! Por la señora Evangelina Arce madre de Silvia Arce, desaparecida desde 1997, por Norma Luna, madre de Idali Juanche, desaparecida el 2010, por Olga Esparza, madre de Mónica Janeth, desaparecida desde el 2009.
NOTA DE JUAREZDIALOGA: En JuarezDialoga hemos invitado como articulista a Verónica por su indudable compromiso con las diversas causas sociales en Ciudad Juárez. Cabe señalar que Verónica es terapeuta con especialidad en la infancia, y en los últimos años ha dedicado buena parte de su tiempo atendiendo a esta población tan afectada por la violencia e inseguridad en esta ciudad.