Dice el Dalai Lama que su generación dejó un desastre de mundo y que le corresponde a los jóvenes de hoy desarmarlo y volverlo a armar, cuando dice volverlo a armar se refiere al engranaje colectivo que accionarán los pensamientos y perspectivas de la realidad, formada desde la masa que suele ser mucho más fuerte que la élite de reinados (políticos, económicos). Cuando dice desarmarse, se refiere a volver a confiar en las personas a relacionarse desde el amor y la comprensión, lejos del mórbido miedo.
La guerra y el terror se vive día a día, y la más reciente masacre de Orlando es sin duda una muestra más, cincuenta personas son asesinadas en un lugar predominantemente latino. El padre del masacrador dice que no se debe a cuestiones religiosas ni a ningún radicalismo político, aunque el mismo asesino haya llamado al 911 y hecho responsable al Estado Islámico de los atentados. Los testimonios arrojan que se debe explícitamente a la animadversión del joven hacia los homosexuales. El padre continúa diciendo que hacía poco el hecho de ver a dos hombres besarse lo había puesto mal. Digo que el beso, lo sacó de la onda heteronormativa de su vida. ¿Dónde se forma la heteronormatividad del joven? Se forma en el día a día, desde la religión, el hogar, la escuela y los sistemas legales donde la diversidad sigue sin respetarse y las tendencias homosexuales, lésbicas se continúan viendo como la gran sombra que debe permanecer en el armario, de lo contrario nos destruirá como especie. Si bien es una verdad biológica, la concepción no se dará a través de dos hombres o dos mujeres también es cierto que existen otras alternativas para las lesbianas y homosexuales al querer ser padres o madres, y aún estamos lejos de desaparecer como raza, créanme. Vivimos bajo el telar del patriarcado; y dentro de las características de ese sistema hegemónico, la norma es ver muestras de afecto entre un hombre y una mujer. Desafortunadamente el patriarcado representa la supremacía, pero sus hilos ya son visibles, se descubren desde la hechura de la palabra machista, el asesinato masivo tanto de mujeres como hombres, hasta esta matanza de 49 personas en Estados Unidos, de origen latino en su mayoría; los podemos ver cuando interactuamos arrollados por el pensamiento violento; al tratarnos con desprecio, discriminación, odio y oscuridad. Cuando escuché la entrevista del padre del desafortunado joven asesino, fue mi ilusión que de pronto él reflexionara sobre su discurso religioso castigador, donde dice que solo dios castiga la homosexualidad, fue mi ilusión hacerle llegar la noción de que no hay tal mano divina que mueve; la causa y el efecto, somos nosotros mismos a diferentes niveles, el biológico, el mental, el psíquico, el emocional, simbólico, los que embestimos nuestros cruda realidad y le otorgamos a la “mano divina” (los reinados y religiones) la facultad de movernos. Nosotros que le otorgamos poder al dios allá arriba, ese dios que nos paraliza amenezante y que las élites han sabido manejar a su conveniencia. Somos nosotros/as que le concedemos el poder a la religión, luego a los hacedores del dinero, de armas de miedo, luego a los medios de comunicación, a la industria explotadora.
La ex esposa del masacrador dice contundente que él era violento y hacía siete años que no hablaban. El FBI lo investigó y no encontró relación entre el asesino y el grupo terrorista antes mencionado.
Irónicamente durante la guerra contra el narcotráfico en Ciudad Juárez mientras la mayoría decidimos permanecer en casa por los peligros de la calle, los lugares recreativos gais continuaron abiertos, no se reportaron incidentes graves hacia dicha comunidad, cosa increíble.
¿A qué se debe? Podemos plantear cerca de una decena de hipótesis pero solo nos limitaremos a decir que elloas, continuaron circulado por la ciudad, sin miedo a ser atacados. Ciudad Juárez, una vez considerada la ciudad más violenta del mundo, ellos/ellas, o son estudiantes o trabajan. En la encuesta nacional sobre discriminación llevada a cabo en el 2010 en México, Ciudad Juárez dijo que las preferencias sexuales no provocan división entre la gente; a nivel nacional se responde que uno de los problemas más graves que enfrenta la diversidad en México es la discriminación.
Donald Trump el candidato de discurso racista, no tuvo elementos legales para pronunciar su rechazo hacia la comunidad gay. Tanto en Estados Unidos como en México el matrimonio homosexual, lésbico es legal y, desde su mejor versión, las mentes heteronormativas deben lidiar con el hecho.
¿Quién es culpable de la masacre? El joven Omar Mateen, tenemos su nombre y apellido, ¿quiénes son las víctimas? Los familiares de los asesinados, los asesinados cuyas vidas han sido cruelmente truncadas, la comunidad en general debemos considerarnos las víctimas y no solo desde el discurso elocuente y la palabrería de apoyo diplomático que leemos en internet. Continuaremos siendo víctimas de nuestra inmadurez, e ingenuidad al tratar el tema de la discriminación entre discursos falsos de aceptación a la diversidad con, en ocasiones, muestras excesivas de apoyo y rechazo hacia los homosexuales, lesbianas, bisexuales, transexuales. Continuaremos siendo víctimas de nuestras ideas al pronunciarnos desde el odio, miedo y el linchamiento, seguiremos siendo víctimas de nuestro miedos al no reflexionar sobre el nivel de racismo y discriminación tanto en la casa, como en las instituciones.
Hilda Sotelo, Escritora y Académica. Radica en Ciudad Juárez desde 1990. Es hija de padre campesino y ama de casa. Coordina el proyecto sobre identidad Espiral de Lectura Yo Soy. Su novela Mujeres cósmicas es de escritura orgánica dirigida al lector valiente. Su trabajo puede encontrarlo en el siguiente blog: www.hildasotelo.blogspot.mx