POR: JUAN CARLOS MENDOZA
A lo largo de estos días, he tenido y he leído diversas conversaciones en las redes sociales acerca del tema de las protestas de la Coordinadora Nacional de trabajadores de la Educación (CNTE). Algunas muy radicales que podrían rayar en personalidades homicidas (“si los pseudo-maestros fueran garrapatas yo ya les hubiera prendido fuego, no faltará quién se ofenda con este comentario, pero no me importa “), unos más institucionalizados piden la intervención del Estado, (“yo digo que les manden un halconazo y se dejen de mamadas”) e incluso quienes no viven en el D.F. muestran grandes inconformidades por la toma de calles.
Lo cierto es, que cuando les pregunto a la mayoría de las personas que se quejan de las marchas magisteriales, si ya han leído el documento de la Reforma Educativa o la Ley General de Servicio Profesional Docente (tema de mayor conflicto y afectación que la CNTE ha evidenciado), la mayoría de las personas me responden que no.
Lamentablemente los medios de comunicación han hecho el trabajo sucio de denostar la protesta y cualquier otro movimiento social que afecte los intereses de la clase privilegiada (e.g. gobierno, empresarios) y más aún, la población mexicana sigue tomándoles exclusivamente como punto de referencia para informarse.
Pues bien, me di a la tarea de indagar y saber de manera personal, la situación. Por ello revisé la Reforma Educativa y La Ley General de Servicio Profesional Docente, para posteriormente visitar el plantón magisterial, en el Zócalo. Sobre la reforma y la ley, no hablaré en este escrito, ustedes pueden bajar estos documentos de la red.
De lo que si les platicaré, es la realidad de maestros y maestras que han venido al D.F. a exigir y luchar por sus derechos. En las siguientes líneas les escribiré algunos fragmentos de las vivencias que me fueron contadas.
Al llegar al Zócalo me encuentro con una micro-ciudad de tiendas de campañas, protegidas por lonas y decoradas con mensajes en contra de la Reforma Educativa. Llevo una despensa, ya que me había enterado de la complicada situación económica y de salud, a la que se está enfrentando la población magisterial.
Caminando, llegué a la Cocina Comunitaria “Flor de Piña”, una cocina improvisada con un anafre como estufa, una mesa, el piso mismo como parte del resguardo de los alimentos y un grupo de maestros(as) preparando comida. Provenientes de Tuxtepec, Oaxaca, donde imparten clases en el sistema de tele-secundarias, han estado algunas semanas ya en este plantón indefinido.
Giran muchos rumores alrededor de su movimiento, por ello vine para que desde su misma voz me cuenten el por qué de su protesta, les comenté. Mientras un maestro cortaba cebolla, otros exprimían (muchos) limones a mano para hacer agua y otra maestra cocinaba la carne, me contaron lo siguiente:
De las condiciones en la que se encuentran en sus centros de trabajo
“La transmisión de la clase dura 15 minutos por materia y posteriormente nosotras tenemos que dar la explicación de las dudas. Obviamente, si los alumnos no entienden bien el español, el resolver dudas (trabajo que les corresponde) se convierte en una clase completa”
“Dicen que los niños no aprenden y que somos malos maestros, ¿pero cómo pueden salir bien en todas las materias sino comprenden bien el español y para poder avanzar tenemos que enfocarnos más en esa materia, poniendo menos atención al resto?”
“Un maestro da absolutamente todas las clases, desde química hasta inglés e incluso un solo maestro puede tener a su cargo distintos grados (1º, 2º ó 3º) en el mismo salón y al mismo tiempo”
“Cuando nosotros damos todas las clases (un solo maestro), el gobierno se ahorra de contratar hasta 5 maestros, ¿realmente somos flojos?”
“La mayoría de nuestros alumnos (de tele-secundaria), no sigue estudiando porque en sus comunidades no existen preparatorias. Otros ya no tienen el dinero para seguir estudiando y por obligación para ayudar a la casa, entran a trabajar”
Sobre la Reforma Educativa
“Maestros y maestras que tenemos años trabajando en cualquier momento podremos ser despedidos y con ello perderemos los derechos que como trabajadores nos corresponden, por ejemplo la pensión”
“Con esta reforma, ahora los padres de familia tendrán que invertir más dinero para mantener la escuela y sus necesidades. Eso la gente no lo sabe”
“Estamos defendiendo nuestros derechos, no somos flojos. Los medios de comunicación han hecho que la gente no nos quiera, por ejemplo con el documental de [Carlos] Loret de Mola. Lo que la gente no entiende es que los malos resultados de los alumnos no son culpa solamente de nosotros, sino también de las condiciones en las que viven los estudiantes”.
“Hemos hecho propuestas al gobierno sobre planes educativos, planes que sean acordes a las realidades de cada comunidad, pero no les han tomado en cuenta. Imagínate que la misma formación que recibe alguien de tele-secundaria del D.F. o Monterrey, la reciben los estudiantes de nuestras comunidades rurales. ¿Crees qué tengan el mismo aprovechamiento?”
Del plantón
“Vivimos con el miedo de que en cualquier momento lleguen a desalojarnos, corren rumores que van a llegar con las tanquetas y con gas lacrimógeno. En años pasados ya nos tocó”
“Pasamos frío y carencias, no estamos acostumbrados al clima del D.F. y eso nos ha ocasionado enfermarnos de la garganta o incluso infecciones en el estómago. Comemos de pie porque no tenemos mesas ni sillas, por la lluvia, nuestras cosas se mojan e incluso algunas veces dormitamos de pie por las lluvias nocturnas (entra el agua a las casas de campaña)”
Salir a defender sus derechos que como trabajadores tienen y que se han ganado por su esfuerzo a lo largo de los años, es entonces justificable. La toma de una calle, el llegar tarde al trabajo o incluso reprogramar un vuelo, no compensa en lo más mínimo el daño que se les hará con estás reformas.
Esta fue solamente la experiencia de los maestros de Tuxtepec, pero si platicará con los maestros de Guerrero, Veracruz u otros estados, no cambiaría mucho la situación. Maestros huevones, sí… realmente sí. Se necesitan muchos huevos (y ovarios de las maestras) para tener el valor de defender sus derechos haciéndoles frente a un sistema al que no le interesa realmente el mejoramiento de la calidad educativa y a la represión social.
Juárez Dialoga ha invitado a Juan Carlos Mendoza por su trabajo como activista comprometido con la sociedad y particularmente con Ciudad Juárez. Juan Carlos es biólogo, epidemiólogo y estudiante del Doctorado en Ciencias en Salud Colectiva. También es activista social en materia de VIH, diversidad sexual y derechos humanos. Ha colaborado en organizaciones locales como Programa Compañeros A.C. y actualmente es uno de los coordinadores de la Red Nacional de Jóvenes Activistas LGBTIQ.