
Por: Perla de la Rosa
Agradezco a las instituciones y organismos que me postularon para obtener esta presea: La asociación de periodistas de Ciudad Juárez y la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, A Daniel miranda y Elsa Saénz, hermana de vida, por acompañarme en esta ceremonia. A la familia de Víctor Hugo Rascón Banda, a sus hermanos y a su sobrina, Lorena Rascón, les ofrezco mis condolencias por el reciente deceso de su madre, Doña Rafaela Banda.
Con orgullo recibo esta distinción en nombre de Telón de arena, la compañía teatral a la que pertenezco, porque el trabajo que han considerado meritorio para esta distinción, ha sido posible por el esfuerzo colectivo, la perseverancia y el compromiso cotidianos del núcleo de Telón de arena : Guadalupe de la Mora, Cesar Cabrera, Luis Antonio Carbajal y Daniel Miranda, aquí presente y por los más de 50 colaboradores con los que realizamos múltiples proyectos como oferta cultural para Ciudad Juárez, nuestra ciudad, No tan heroica, como si despojada y marginada desde esta capital.
Recibo esta novena medalla al mérito cultural, como la primera mujer en obtenerla, y esto no me enorgullece, porque es muestra de que el reconocimiento del trabajo hecho por mujeres, aún enfrenta marcada desigualdad y que el camino por recorrer en la búsqueda de equidad, aún es arduo. Considero que para ser merecedora de esta distinción, he pagado todas las cuotas, la primera y más dura, la de ser mujer.
Recibo esta medalla con el compromiso que el nombre de Víctor Hugo Rascón Banda implica, ejemplo de ciudadano y artista comprometido con su tiempo y su sociedad. Sensible y empático con la condición femenina. Recibo está medalla Víctor Hugo Rascón Banda, con la responsabilidad de hacer del teatro una voz solidaria con las víctimas y crítica con el poder, con la tarea de hacer del teatro la memoria que rescate de las cifras del horror la humanidad de un rostro y un nombre, un teatro que sea la memoria que desmienta a la historia oficial, y desenmascare el cinismo de quienes nos agravian con sus excesos y corrupción, provocando un gran sufrimiento social y una lacerante pobreza. Recibo esta presea teniendo muy presente, el compromiso con que Víctor Hugo Rascón Banda y Vicente Leñero iniciaron a finales del siglo pasado, el movimiento de Teatro Clandestino, que ellos mismos definieron como un teatro emergente destinado a ser registro del atroz sufrimiento de los mexicanos.
Como se siente tu ausencia, entrañable Víctor Hugo, que dolido estaría tu corazón de ver este México después de tu muerte. Partiste cuando la sangre empezaba a ser incontenible, y ya no tenemos el consuelo tu pluma para tanto dolor, tanta indignación, para sobrevivir como tus personajes a la locura del poder.
La obra de Rascón Banda estuvo al servicio de la denuncia, fue una apuesta generosa por la esperanza y la transformaciónsocial, por la fuerza de la vida. Buscaba mover al espectador, tocar su conciencia, su indignación, con obras como: Por los caminos del sur, Tabasco negro, El baile de los montañeses, Playa azul, La fiera del Ajusco, De sazón, Hotel Juárez, El caso Santos, Contrabando o los ejecutivos…Rascón Banda decía que su teatro era producto de las historias que escuchaba, que un buen dramaturgo debería tener un oído sensible para escucharlas y que, como apuntaba Chejov, si querías ser universal, deberías hablar de tu aldea. Y ¿Cuáles serían las historias de la aldea de Víctor Hugo, las que no alcanzó a imaginar siquiera? ¿La historia de una madre que busca justicia y que es asesinada, a las puertas de palacio de gobierno? ¿ La historia de los cientos de desaparecidos de Cuauhtémoc? ¿ El hotel verde y la historia de jóvenes vejadas, explotadas y asesinadas, que siguen siendo una realidad en Ciudad Juárez? ¿Los diputados? ¿Los gobernadores? ¡Cuántas historias que reclaman justicia! y que seguramente estarían en la preocupación de Víctor Hugo Rascón Banda.
Pero hoy estamos aquí, en un periodo de transición, y debemos mirar hacia delante. Sin renunciar a la justicia, los ciudadanos, queremos un verdadero cambio, queremos que cese la impunidad, el enriquecimiento inexplicable de políticos y funcionarios y la pobreza que está matando a la gente. Esto es real, la corrupción, MATA. No queremos más, el ejercicio irresponsable de funcionarios improvisados, de directivos negligentes como los implicados en el caso de la juarense Yesenia Pineda Tafoya, quién a sus veinte años perdió la vida por una cadena insólita de “errores profesionales” . Nuestros hospitales carecen de lo indispensable, no hay cloro, vacunas, medicamentos, gazas, pero los dirigentes sindicales amasan fortunas y ¿Qué podemos esperar de los espacios destinados a la cultura y las artes? De los presupuestos al deporte y la cultura? Los trabajadores de la escena vemos cómo se van desmantelando los teatros, no tienen luces, equipo, clima artificial, contrapesos, no se atiende su mantenimiento y `lo peor son teatros pagados con nuestros impuestos, al servicio de la tóxica extensión televisiva y con condiciones que excluyen a creadores locales y públicos ávidos, pero sin capacidad económica para disfrutarlos.
En fin nos toca esperar a que se rindan cuentas, a que se acabe la opacidad y quede clara la honorabilidad de quienes son acusados o las consecuencias legales para las faltas cometidas.
Por último diré al próximo gobierno que: Debe corregirse la inequidad con la que tradicionalmente tratan a nuestra ciudad. Los juarenses reclamamos un gobierno para todos y también merecemos una ciudad cuidada, ordenada, bonita, como ésta, con la misma o mayor inversión que Chihuahua, pues producimos más riqueza y concentramos mayor población
En materia de cultura y artes, esperamos una política cultural como modelo de política pública, que garantice el ejercicio pleno de nuestros derechos culturales, considerados también como derechos humanos. La cultura no debe seguir pensándose como cualquier cosa, como parte accesoria y prescindible. Esperamos una administración responsable y profesional, con un proyecto que corresponda con las necesidades de los chihuahuenses. La cultura no es un gasto, sino una inversión para la construcción de una sociedad más humana y menos violenta. Debe haber una actualización conceptual de los complejos procesos culturales, que suceden aun sin intervención del Estado. Por último, ésta presea que me honra profundamente, por llevar el nombre de un teatrista y ser humano de excepción, Víctor Hugo Rascón Banda, la dedico a mis hijos: Héctor y Ezra, por los que intento desde la escena y con el poder de la palabra contribuir un poco, para un Chihuahua digno, igualitario, libre y fraterno.
Muchas gracias.
Perla de la Rosa es actriz, ganadora del premio Ariel, co-fundadora de la compañía de teatro Telón de Arena A.C. Activista comprometida con la Cultura, co-fundadora de lo que fue el Movimiento Pacto por la Cultura e incansable defensora y protectora de los animales.
Ecuchar el audio publicado en el sitio web ocho columnas: http://www.ocho-columnas.com.mx/2016/09/recuerda-galardonada-pasajes-funestos.html