Por Verónica Corchado
El 2013 nos plantea retos impostergables en todos los niveles de la vida pública si es que aún queremos seguir organizándonos por una Ciudad en donde se garanticen los Derechos Humanos de las personas.
Es hora de poner a prueba la esperanza que nos decimos tener. No deberíamos reducir nuestra acción a acordar la siguiente marcha, manifestación y firma de pronunciamientos por la paz y la justicia; hay que seguir haciéndolo porque eso nos dará ánimos para avanzar. Son tantas cosas que hay que atender, son tantos los pendientes de las autoridades con la ciudadanía, son tantos los malestares y dolores familiares, es tanta la sangre que ha corrido en nuestra Ciudad que el sólo hecho de encontrarnos en la calle, en la iglesia, en la escuela, en el barrio, entre amigas o en la oficina, nos recuerda que debemos seguir empujando la agenda de una vida mejor en Ciudad Juárez. Sin embargo cuestionemos que tanto somos o no hombres y mujeres de esperanza.
Mate la esperanza, sí y sólo sí.
- Le impide organizarse en beneficio de su comunidad.
- Le impide coordinarse con otros para discutir de los retos familiares y colectivos que tenemos como ciudadanía.
- Si siempre le lleva a la pasividad, que es un callejón sin salida.
- Si piensa que la Paz se alcanza a través de las armas.
- Si cree que la Paz sólo es responsabilidad de las autoridades.
- Si es incapaz de moverse por su barrio, comunidad o fraccionamiento.
- Si es de las personas que piensa que sólo hay que orar, como si el sólo acto trasforme la realidad.
- Si es de las personas que nunca cuestiona, que todo cree, que siempre espera…
- Si nunca se atreve a decir lo que piensa por temor.
- De los que sólo juzgan, que es igual a decir que cada quién se rasque con sus uñas.
- De las personas incapaces de Amar.
- De las personas discurso sin acción.
- De las personas que son acción sin reflexión.
- De las incapaces de comprometerse con nada, ni con nadie.
Matar la esperanza será mejor para empezar de nuevo a deconstruirnos, porque una esperanza mediocre no sirve para nada, antes bien estorba para crecer como ciudadanía.
La escandalosa serie de violaciones a derechos a humanos que cada vez se cuentan por miles en todo el país, necesita una esperanza firme y comprometida de las personas que dicen tenerla; tocará pensar urgentemente nuevas e innovadoras formas para activar la esperanza o matarla de una vez.
Algunas claves para fortalecer la esperanza las encontraremos en quién ya esta en movimiento, en su barrio, fraccionamiento y comité de vecinal.
Nos toca recuperar nuestra capacidad de agencia. Acelerar el camino, perder el miedo, denunciar, activarse y movernos. Esta es una invitación a conectar el deseo con la realidad; matamos la esperanza o la nutrimos.
La clave está en crear alternativas, ir tejiendo las acciones y las razones entre tod@s, Juárez nos da para mucho…
JuárezDialoga ha invitado por su gran compromiso con Ciudad Juárez y causas justas a Verónica Corchado Espinoza. Ella es activista y derecho humanista. Es fundadora de la organización Colectiva: arte, comunidad y equidad A.C. e integrante y promotora del Grupo de Articulación en Juárez, además de otras redes de organismos sociales y colectividades.