Cd. Juárez. 12 de marzo, 2013.
En el marco de este foro La Tortura y los Derechos Humanos en México, convocado por la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, El Colegio de la Frontera Norte, la Red Nacional de Organismos Civiles “Todos los Derechos para Todos y Todas” y el Centro de Derechos Humanos Paso del Norte, los integrantes de este último hacemos pública nuestra posición frente a la tortura.
Damos constancia en este Foro del alcance de las diversas normas internacionales. Afirmamos que nunca, sin excepciones, sin justificaciones, la tortura debe ser aceptada, tal como lo establece la Convención contra la Tortura en el artículo 2.2, “en ningún caso podrán invocarse circunstancias excepcionales tales como estado de guerra o amenaza de guerra, inestabilidad política interna o cualquier otra emergencia pública como justificación de la tortura.”
Reconocemos que el Estado mexicano ha firmado una y otra vez, y ha ratificado las normas que emanan de las convenciones y tratados internacionales y se ha comprometido a respetarlas, protegerlas, cumplirlas y hacerlas cumplir en todo el territorio mexicano. Más aun, y lo aplaudimos, el gobierno mexicano en la Reforma Constitucional de junio de 2011 hace un reconocimiento a los derechos humanos y eleva a rango constitucional los tratados que ha firmado incluyendo los referentes a la eliminación de la tortura.
Sin embargo, hemos dado testimonio durante el Foro que desde hace muchos años la tortura en México ha sido una práctica sistemática, y recientes investigaciones de organizaciones como Amnistía Internacional, Human Rights Watch, la Asociación Cristiana contra la Tortura de Francia y la Red Nacional de Organismos Civiles de Derechos Humanos “Todos los Derechos para Todos y Todas”, han constatado que la tortura sigue siendo una práctica habitual y que en el contexto de la guerra declarada al narcotráfico se ha tenido un alarmante aumento. Y en noviembre pasado el Comité contra la Tortura de la ONU examinó y conminó a nuestro país a adoptar medidas y recomendaciones sobre la materia. En los últimos dos años, según la CNDH ha crecido en un 550% el número de quejas por tortura.
Atestiguamos mediante las voces de las víctimas y sus familias que La tortura se reproduce clandestina e hipócritamente en esta sociedad que consideramos democrática y civilizada.
En este foro hemos escuchado atónitos los testimonios desgarradores de las víctimas de tortura. Escuchamos que Noé Fuentes, Rogelio Amaya. Victor Manuel Martinez, Gustavo Rentería y Ricardo Fernández fueron detenidos y torturados por policías federales en agosto del 2010. Siguen encarcelados. Dieron testimonio los mismos papas que sus hijos Juan Antonio, Jesus Iván y Luis Adrián Figueroa fueron detenidos y torturados por policías ministeriales en enero del 2012 y que el Juez acepto las confesiones arrancadas bajo tortura como pruebas y siguen detenidos. La madre de Israel Arzate relato la detención y tortura de su hijo. Sigue arraigado. En los tres casos se aplicó el protocolo de Estambul, sin resultado alguno. Una mujer de Atenco y un joven de Ayotzinapa contaron que fueron detenidos y torturados por su activismo social.
“La tortura es un ataque a la identidad de la persona. Además del enorme sufrimiento físico y psicológico que genera busca castigar y quebrar la resistencia y destruir la integridad física de la víctima. Lleva a la persona a una situación límite entre la vida y la muerte”. El sobreviviente de tortura no es , ni será el mismo de antes.”(C. Beristaín). La tortura lastima profundamente a las familias y en la sociedad genera miedo, terror y también indiferencia e insensibilidad.
La tortura es un crimen indiscutible y por ser una práctica contradictoria con las ideologías que sostienen al Estado, se consuma en secreto. Los Estados democráticos han eliminado la tortura de la mirada pública, del debate Ciudadano. Para ellos la tortura no existe. Quien la denuncie merece la condena. No es gratuita la construcción mediática del defensor de derechos humanos como un nuevo enemigo que obstaculiza la lucha contra el crimen organizado.
Manifestamos que frente a nuestra denuncia no vemos en el Estado mexicano voluntad política para cambiar las cosas. Para el Estado torturar es una estrategia de control social, es producto del sistema y se desarrolla en la lógica del sistema.
Y el resto, la sociedad que la permite, parece que no quiere creer, ni quiere saber y nos preguntamos cómo salvarnos de la complicidad con el Estado si no denunciamos la tortura?
No obstante la evolución de la ley, de la cultura y de la moral social, vemos en nuestros contextos “democráticos” que la tortura no solo persiste, sino que crece en crueldad, y que es el mismo Estado el que la practica, la encubre, y la deja impune, violentando los derechos humanos y socavando la paz pública que debería proteger. Es preocupante el nivel de impunidad: según la PGR en 6 años solo se condenó a dos personas por este delito. Si falta la investigación, la sanción y la reparación del daño se incentiva a los torturadores a seguir cometiendo el delito. Es el mismo estado el que a la violencia criminal, le suma la violencia estatal.
Desde este foro hemos dicho: La tortura debe ser erradicada, no negada, no encubierta y mientras somos capaces de articular los nuevos fundamentos de nuestra cultura, en que la tortura y la crueldad no tengan lugar, nuestro deber debe ser nombrarla con todas sus letras. La tortura sí existe y debe ser denunciada. Y como defensoras y defensores de derechos humanos nos corresponde seguirla denunciando como un crimen de lesa humanidad y colaborar para que los torturadores sean legalmente sancionados.
Promover los derechos humanos para todos y todas implica dejarse tocar por el dolor de las víctimas y recorrer juntamente con ellas el camino por la verdad, por la justicia y por una reparación integral.
¡NO PUEDE HABER JUSTICIA CON TORTURA!
ALTO A LA TORTURA.
NOTA DE JUAREZ DIALOGA. ORG: Boletín informativo es una sección con información que se publica como servicio a la sociedad civil; organizada de, o vinculada con Ciudad Juárez; por lo tanto, la responsabilidad de lo escrito y publicado en la misma es de quien firma el documento.