En fecha reciente concluyó la “Semana de Psicología” organizada por la Escuela Superior de Psicología de Ciudad Juárez y la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, bajo el tema “Etnopsicología: Estudios de la Cultura y Personalidad – Fortaleciendo el Ejercicio Profesional Legal” en la cual se abordó, en un panel que tuve a bien moderar, la relación entre las valoraciones psicológicas y el derecho penal y familiar.
Estuvieron presentes un Juez Familiar, Una Jueza Penal y dos funcionarios titulares de Departamentos de Psicología de Gobierno del Estado de Chihuahua. Uno de los cuestionamientos principales a dilucidar fue el impacto o eficacia de dichas valoraciones en las determinaciones de los Jueces.
Se acepta que tales peritajes son utilizados como un instrumento que permite a los Resolutores tomar decisiones, es decir, resolver conforme a dichos peritajes pues, a decir de los mismos, arroja “luz” sobre los asuntos que se ventilan en los tribunales. En la práctica cotidiana, los peritajes o valoraciones psicológicas tienen un peso significativo, pues, en las resoluciones judiciales.
Así, un (a) Juez (a) penal considerará lo que un estudio arroje sobre la valoración de un posible sentenciado respecto de su posible readaptación o reinserción social, entendiendo a esta en función del “grado de peligrosidad” del infractor de la ley penal. Un grado mayor o menor implica más o menos pena reflejada en la sentencia. Un (a) Juez (a) de lo familiar, por su parte, considerará entre estudios socioeconómicos y psicológicos, la aptitud de un padre, madre o tutor, para ejercer la tutela, la guardia y custodia de un menor e incluso la pérdida de la patria potestad. Así de significativa puede llegar a ser una valoración sobre todo en el área de la salud mental.
En este punto es donde los cuestionamientos surgen en múltiples dimensiones, niveles y direcciones.
Veamos:
a) En relación al profesionista que va a emitir un diagnóstico psicológico: ¿Estará capacitado para emitir un diagnóstico con conocimientos, metodología e instrumental (pruebas) científico? ¿Estará consciente del status epistemológico de muchos de los instrumentos que se utilizan de manera cotidiana (como la Prueba Minnesota) y de los cuales ignora su procedencia y conformación? ¿El rol del profesionista está exento de prejuicios, es decir, puede ser neutral en sus valoraciones, sobre todo si es posible nombrar un tercero en discordia? ¿Cuándo se nombra a un perito tercero en discordia se implica que las valoraciones son sujetas a debate y que un tercero tiene más conocimiento que los dos en disputa? ¿Es debatible la salud mental y si ello es así, hasta donde son confiables las valoraciones psicológicas?
b) En relación a los instrumentos o pruebas psicológicas: ¿Los tests o pruebas psicológicas son neutrales o contienen, de manera implícita, valoraciones ajenas al contexto donde se aplican? ¿Es posible utilizarlos fuera del contexto terapéutico, es decir, para propósitos legales? ¿Los contenidos son aptos para medir lo que pretenden medir, es decir, el diseño es propio para un contexto distinto del cual se originaron?
Como se puede observar, son muchos los cuestionamientos que circundan el uso de instrumentos y valoraciones psicológicos. De mayor peso es el status epistemológico de los mismos (Néstor Braunstein y Frida Saal, en el texto Psicología: Ideología y Ciencia, hacen un análisis del Status Epistémico de la piscología tradicional y de las pruebas psicométricas originadas en las Universidades de los Estados Unidos de Norteamérica).
Sin embargo las valoraciones psicológicas son requeridas y utilizadas de manera cotidiana (incluso para fines de contratación laboral en puestos de gobierno) por jueces y litigantes para propósitos legales, es decir, para apoyar las resoluciones legales (sentencias) que, a decir de algunos teóricos de la educación y algunos juristas sólo sirven para que el Juez (a) decida, con base sólo en la conclusión de la valoración puesto que el lenguaje técnico y metodología en los que se sustentan las desconocen, un asunto que en el fondo es una decisión moral – social, pero que arropada bajo el “manto de la ciencia psicológica” le expía la posible culpa de su decisión. ¿Usted qué opina?
JuárezDialoga a invitado Emilio Naná por su compromiso y trabajo en diversos movimientos sociales en Juárez. Él es Abogado/Psicólogo/Maestría en Ciencias Sociales: especialidad en políticas públicas y estudios culturales. Candidato a Doctor en Ciencias Sociales: especialidad en género.